lunes, 25 de enero de 2010

Lección 13: La Confesión Del Creyente De Sus Privilegios En Cristo

Brevemente tocamos las cinco partes de la confesión en nuestra última lección, pero lo veremos con más detalle en nuestro estudio de hoy para intentar aprender más acerca de lo que hemos de confesar. Nuestra confesión se centra alrededor de estas cinco cosas:

(1) Lo que Dios en Cristo ha provisto para nosotros en su plan de redención.
(2) Lo que Dios, a través de la Palabra y del Espíritu Santo, ha creado para nosotros en el nuevo nacimiento y la plenitud del Espíritu Santo.
(3) Lo que somos para Dios Padre en Cristo Jesús.
(4) Lo que Jesús está haciendo ahora a la diestra del Padre, donde El vive siempre intercediendo por nosotros.
(5) Lo que Dios puede hacer a través nuestro, o lo que Su Palabra puede hacer a través de nuestros labios.

Descubriendo Nuestros Privilegios En Cristo

Como dijimos, la confesión es testificar de algo que nosotros sabemos. Es imposible testificar de algo que nosotros no sabemos. Y es lo que sabemos personalmente acerca del Señor Jesucristo y lo que somos en El lo que cuenta. Primero que nada, lo podemos conocer a El personalmente. Es de primordial importancia el ser nacido de nuevo. Pero solamente porque alguien ha nacido de nuevo, no significa necesariamente que es un cristiano victorioso. También debe saber quién es él en Cristo Jesús. Cuando sabemos lo que somos en El y pensamos de acuerdo con ello, lo creemos y lo confesamos, entonces no hay fracaso para nosotros.

Para descubrir lo que somos en Cristo, debemos mirar a la Palabra de Dios. Vé al Nuevo Testamento, especialmente las epístolas escritas a la iglesia y subraya con lápiz rojo cada una de las escrituras que tengan la expresión “en El”, “En Cristo” y “En Quién”. Aún mejor, toma varias hojas de papel y escribe todas estas escrituras.

En el momento en que las encuentres, empieza a confesar que esto es lo que eres y lo que tienes en Cristo. Si haces esto, yo te garantizo que tu vida será diferente dentro de unos pocos días.
Ya que ni tiempo, ni espacio nos permiten ver todas estas escrituras aquí, veamos algunas de ellas.

2 Corintios 5:17

17 De modo que si alguna está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Nótese la expresión “en Cristo”. ¡Qué cosa más revolucionaria es para los creyentes creer y confesar!

Somos nuevas criaturas en Cristo Jesús. No solamente somos pecadores perdonados. No somos débiles, pobre, vacilantes, escasamente siguiendo adelante, miembros de iglesia. Somos nuevas criaturas, creados por Dios en Cristo Jesús. Somos nuevas criaturas con la vida de Dios, la naturaleza de Dios y la habilidad de Dios en nosotros.

Como nuevo convertido a la edad de 17 años, nunca tuve los problemas que muchas tienen porque era pronto a decirles a todos, “soy una nueva criatura”. Era pronto a dar testimonio de la gracia salvadora de Jesús en mi vida, dondequiera que iba. Encontré que mientras más hablaba de ello, más real se volvía para mí la nueva creación, porque eso es lo que somos y quienes somos.

Yo era activo en salvar almas –predicando en las cárceles, en las calles y trabajando en la iglesia. Mientras estaba parado en la esquina de una calle, un día, un chico que yo conocía se me acercó y me pidió que le hiciera un favor. “No te pediría que hicieras esto,” explicó, “pero ya se me ha hecho tarde y le prometí a mi novia que le traería un amigo para su prima, quien ha venido de otra ciudad a visitarla. ¿Vendrías conmigo y me ayudarías a salir de esa dificultad? Te estaré agradecido para siempre, y te prometo que no estaremos más de 30 o 40 minutos, y que no fumaremos, beberemos, ni bailaremos mientras tu estés ahí.” Vacilando un poco fui con él para sacarle de ese aprieto.

Cuando llegamos a la casa de su novia, ella me presentó a su prima. Acabamos de sentarnos cuando pusieron un disco en el fonógrafo y empezaron a bailar. Cuando la prima de la novia de mi amigo me pidió que bailara, le dije, “no, gracias, yo no bailo.”

Ella me miró como si yo acabara de venir de Marte y dijo, “¿no bailas? ¿Por qué?” “Porque soy una nueva criatura”, le contesté. “¿Qué quieres decir con que eres una nueva criatura?” Entonces le cité 2 Corintios 5:17, “Por lo tanto si alguno está en Cristo, nueva criatura es: Las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.” Hubo un tiempo cuando yo estaba interesado en cosas como el bailar, pero ahora mi vida es diferente. He sido hecho una nueva criatura en Cristo, con nuevos intereses y nuevos deseos.” Mientras el disco continuaba tocando y la otra pareja bailaba, yo seguí dándole a la chica mi testimonio de fe en Cristo. Las palabras empezaron a apretar su corazón con convicción y empezó a llorar. Cuando el disco terminó, el chico vio lo que estaba pasando. El se dio la vuelta hacia mí y me dijo, “vámonos2, y me llevó a mi casa.

No importaba donde estuviera –en las cárceles, en las calles, en la escuela o en la iglesia- siempre estaba listo para dar mi testimonio a toda persona con la que tuviera contacto, de que había nacido de nuevo y que era una nueva criatura en Cristo Jesús. Y si confesamos esto, hará una gran diferencia en nuestras vidas. Yo no era tentado por las cosas del mundo porque constantemente confesaba quera una nueva criatura en Cristo Jesús.

Redención De La Maldición De La Ley

EFESIOS 1:7,8

7 En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia .
8 Que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia.


Nótense las palabras “en quien tenemos redención…” Qué agradecidos debemos estar porque no estamos tratando de alcanzarla, ya la tenemos. No la tendremos algún día, sino que ya la tenemos. El dominio de Satanás ha sido roto, él perdió su dominio sobre nuestras vidas en el mismo momento en que nos volvimos nuevas criaturas. Recibimos un nuevo Señor. Jesucristo reina sobre nosotros. Satanás era nuestro Señor, pero ahora Jesús es nuestro Señor (Romanos 10:9 dice, “Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor…” o a Jesús como Señor.) El dominio de Satanás terminó, el dominio de Jesús empezó en el momento en que lo aceptamos como Señor y nacimos de nuevo.

¿De qué y de quién somos redimidos? Cuando esta pregunta es hecha, mucha gente dice: “soy redimido del pecado”. Y esa es parte de la respuesta, pero ni siquiera está cerca de ser toda la respuesta. Gálatas 3:13 dice, “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero). Somos redimidos de la maldición de la Ley. Para averiguar qué es la maldición de la ley, debemos regresar a los cinco primeros libros de la Biblia. Ahí vemos que la maldición de la ley o el castigo por quebrantar la Ley de Dios es tripartita: pobreza, enfermedad y la segunda muerte. Dios nos ha redimido de la maldición de la pobreza, de la maldición de la enfermedad, y de la maldición de la muerte- de la muerte espíritu ahora y de la muerte física cuando Jesús venga otra vez. No debemos temer de la segunda muerte.

HECHOS 17:28

28 Porque en El vivimos, y nos movemos, y somos…

¡Qué almacén tan vasto de poder pasamos desapercibido muchas veces! En El, en Cristo nuestro Salvador y Señor, tenemos vida, energía, fuerza para las tareas imposibles. No dice que podemos hacer estas cosas en nosotros mismos, pero a través de El, a través de Su poder, porque “en El vivimos y nos movemos, y somos.”

Liberación Del Poder De Satanás

Vamos a ver dos escrituras que, aunque no contienen las palabras “en El”, “en quien” o “en Cristo”, llevan algo del mismo mensaje de lo que tenemos en El. “Quien (Dios) nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.” (Col. 1:13). Este versículo dice que somos libres de la autoridad de las tinieblas, del poder de Satanás.

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” (1 Juan 4:4). La contraparte de este versículo en el Antiguo Testamento es encontrado en Isaías 41:10: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”

Luego en el Nuevo Testamento encontramos, ¿Qué, pues diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?(Romanos 8:31). Podemos tomar esto como un mensaje personal para nosotros. Porque estamos bajo el nuevo pacto, podemos decir, “Gracias a Dios. El está en nosotros.” Esta es la mejor razón en la que puedo pensar para no tener miedo.

Una mujer me dijo, “Pero no es así en mi vida, yo sé que no lo es.”
Yo le contesté, “Dios dice que es así; tú dices que no. Por lo tanto, o tu o Dios está mintiendo al respecto. Si tú fueras a pararte delante de tu madre y la llamaras mentirosa, te sentirías muy mal, ¿no es así? Entonces, ¿cómo puedes esperar sentirte bien cuando te paras delante de Dios y dices: ‘¿Tu Palabra no es verdad?, no es así. ¿Tú eres un mentiroso?’ Para remedias esta situación tienes que empezar a confesar que es así, aunque pienses que no es así en tu vida. Entonces se volverá una realidad.”

Tenemos que poner nuestro pensar en línea con la Palabra de Dios, entonces nuestro creer será correcto. Cuando nuestro creer sea correcto, podremos empezar a confesar –decir, afirmar, dar testimonio, testificar- de la Palabra de Dios. Entonces tendremos éxito. ¡Entonces la vida será diferente para nosotros!

Texto Para Memorizar:
“Porque en El vivimos, y nos movemos, y somos…” (Hechos 17:18).

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